viernes, 22 de agosto de 2008

Me siento menos solo...

Navegando por allí me topé con esta columna del blog de "El Mercurio"... nunca es tarde para encontrarse con alguien que me haya representado tanto con lo que escribe. Tanto que, si fuera diputado, me apropiaría de este artículo. Citando la fuente, y remarcando que es de Agustín Squella, lo comparto con ustedes. Leyendo estos artículos me siento que no soy el único que piensa así


FRIVOLIDAD Y EDUCACIÓN

Nuestros limitados logros en materia educacional pueden hallar su causa en algunas ideas, tan equivocadas como ampliamente compartidas, acerca de qué significa educarse.

De partida, se ha exagerado hasta la majadería en la necesidad de una educación continua, como si sólo viviéramos para educarnos, y se ha exagerado también en la relación entre educación y trabajo, reduciendo aquélla a simple capacitación, a una suerte de precalentamiento laboral cuyo único sentido estaría dado por los puestos a que permite acceder.

La lógica del parvulario se ha extendido a los demás niveles educativos, presentando la educación como si se tratara de un juego, como si ella tuviera que ser siempre divertida, trivializando los contenidos de las asignaturas, los métodos de enseñanza y la disposición al trabajo que los alumnos deben mostrar en las salas de clases.

De la mano de la falacia de que recibir educación tiene que ser tan liviano y entretenido como jugar, se ha instalado la idea de que educarse es una tarea fácil que no requiere mayor esfuerzo de profesores y menos de estudiantes, produciéndose una especie de “conspiración contra la dificultad”, una de cuyas manifestaciones es que a la hora de leer se prefieran versiones resumidas a textos completos.

Puestos a hablar de derechos y de deberes, soy de los que prefieren estar más atentos a los primeros que a los segundos, aunque no por ello dejo de ver con preocupación cuánto se enfatiza hoy en los derechos de los estudiantes y cuán poco se habla de sus deberes, hasta el punto de que el derecho a tener educación pareciera no conllevar el deber de esforzarse por alcanzarla una vez obtenida la matrícula del caso. Peor aún, el derecho a la educación pareciera incluir el de tener buenas notas, un malentendido cuya expresión más desvergonzada es el siguiente grafiti que vi pintado en un recinto universitario: “Aprobar es un derecho humano”.

La obsesión con las mediciones de la calidad de la educación parece haber desplazado al interés por la calidad misma, de manera que los procesos de enseñanza y aprendizaje se enfocan más a los resultados que los establecimientos pretenden obtener en tales mediciones que a los que de hecho estén produciendo en niños y jóvenes.

Se pregona también que hoy todo se reduce a aprender a aprender, como si quienes pagan por la educación de sus hijos pudieran satisfacerse con que éstos pasen y pasen de curso sin llegar a saber absolutamente nada. Y un acento en los métodos antes que en los contenidos de la enseñanza ha producido profesores bien adiestrados en recursos metodológicos, pero mal preparados en la materia de sus disciplinas, con el resultado de que más de un profesor pueda disertar hoy con mayor facilidad acerca del uso del pizarrón que sobre los temas de su asignatura.

Pusilánimes y algo acobardados ante no pocos jóvenes que quieren tomarse la vida sin responsabilidad y la educación sin esfuerzo, no nos atrevemos a hablarles de deberes y hasta transformamos en ícono a cualquiera de ellos que se eche los deberes al bolsillo.

http://blogs.elmercurio.com/columnasycartas/2008/08/22/frivolidad-y-educacion.asp

jueves, 21 de agosto de 2008

Del año que les pidan...


Hacer un análisis sería inútil y, por lo demás, ocioso. Pero estos diputados que se subieron su bono de bencina me dan una rabia visceral. Y, como círculo vicioso, lo que más rabia me da es lo bajo que me hacen caer y pensar de pura rabia... hay tipejos capaces de sacar de uno todo lo peor.

"Honorables", ¿saben qué? Quédense con su platita, guárdensela donde les quepa, total, ustedes son los que se dan a conocer por cien lucas. ¿Saben, diputaditos, lo que no les perdono? Que contra ustedes habría justificado una ataque de ira colectiva, un ataque de insultos, escupitajos, lanzamiento de monedas, saludos a sus madres, rayados en sus paredes. Así de simple. Por buches. No les perdono que, si una turba enardecida hubiese querido orinarles el hemiciclo desde las tribunas, lanzarles basura, huevos, mostaza, mocos, lo que fuera, a lo mejor me habría unido a ellos... que a lo mejor un jarrazo de agua habría sido poco.

Les dejo una canción de Serrat, "Algo Personal".

Probablemente en su pueblo se les recordará
como cachorros de buenas personas.
Que hurtaban flores para regalar a su mamá
y daban de comer a las palomas.
Probablemente que todo eso debe ser verdad,
aunque es más turbio cómo y de qué manera
llegaron esos individuos a ser lo que son
ni a qué sirven cuando alzan las banderas.
Hombres de paja que usan la colonia y el honor
para ocultar oscuras intenciones.
Tienen doble vida, son sicarios del mal
entre esos tipos y yo hay algo personal.

Rodeados de protocolo, comitiva y seguridad
viajan de incógnito en autos blindados.
A sembrar calumnias, a mentir con naturalidad
a colgar en las escuelas su retrato.
Se gastan más de lo que tienen en coleccionar
espías, listas negras y arsenales.
Resulta bochornoso verles fanfarronear
a ver quién es el que la tiene más grande.
Se arman hasta los dientes en el nombre de la paz
y juegan con cosas que no tienen repuesto
la culpa es del otro si algo le sale mal
entre esos tipos y yo hay algo personal.

Y como quieren la cosa nada tienen que perder
pulsan la alarma y rompen las promesas
y en nombre de quien no tienen el gusto de conocer
nos ponen la pistola en la cabeza
Se agarran a los pelos, pero para no ensuciar
van a cagar a casa de otra gente.
Y experimentan nuevos métodos de masacrar,
sofisticados y a la vez convincentes.
No conocen ni a su padre, cuando pierden el control,
ni recuerdan que en el mundo hay niños
Nos niegan a todos el pan y la sal:
Entre esos tipos y yo hay algo personal.

Pero, eso sí, los sicarios no pierden ocasión
en declarar públicamente su empeño
en propiciar un diálogo de franca distensión
que les permita hallar un marco previo.
Que garantice unas premisas mínimas
que contribuyan a crear los resortes
que impulsen un punto de partida sólido y capaz
de este a oeste y de sur a norte.
Donde establecer las bases de un tratado de amistad
que contribuya a poner los cimientos
de una plataforma donde edificar
un hermoso futuro de amor y paz.

jueves, 14 de agosto de 2008

Reconsidérelo...



Otros ya han escrito lo suficiente y, a lo más, en alguna oportunidad me gustaría escribir respecto a la escalofriante cantidad de inconsistencias lógicas que se han revelado a partir del trístemente recordado episodio del jarrón (lo siento, veo la lógica en todos lados) y su protagonista de nombre melódico. No, tampoco diré si me parece correcta o no la decisión de expulsar a esta muchacha, esencialmente porque no creo tener elementos para hacer un juicio así.

Lo que sí es increíble es el que el Liceo haya ratificado la expulsión, luego de que se le "sugiriera" Reconsiderar la Decisión... Según la RAE, reconsiderar significa, por cierto, "volver a considerar", lo que en sí mismo tiene la posibilidad de modificar una resolución tomada como de mantenerla por haber ratificado que fue la correcta, según nuestro criterio y los antecedentes que se tengan... El pequeño detalle es que el diccionario de la RAE puede ser muy útil, pero no es precisamente un libro de cabecera si usted pertenece al sistema educativo chileno. Deben ustedes saber que en estos ambientes, queridos lectores, las palabras no significan lo que parecen. Así, por ejemplo, si le piden "que disponga ciertas facilidades para que un alumno pase de curso", lo que le están diciendo es que ese alumno debe pasar de curso, así no sepa decir su nombre... ¡pero no vaya usted, por favor, a cometer la "falta de ética" de inventarle notas, eh! Si un alumno está condicional, no haga tal de pensar que "debe cumplir alguna condición" para no perder su matrícula, no. Lamento, eso sí, no poder decirle qué es lo que debe entender.

Y "Reconsiderar", en estos contextos, no significa "volver a considerar". Significa que usted debe hacer exactamente lo contrario a lo que había hecho. Si usted tomó una decisión y le aportan nuevos antecedentes, no vaya a cometer usted la torpeza infinita de confirmar su primera decisión (que, en ocasiones, puede reforzarse con los nuevos antecedentes). No. Usted debe echar pie atrás, eso significa reconsiderar.

Por ello me parece tan extraña, sorprendente, atípica la decisión del Liceo de no echar pie atrás - en lenguaje educacional, "no reconsiderar"-. Insisto en mi falta de elementos para dar una opinión respecto a la decisión en sí pero, ojalá, sirva como precedente de que siempre es más sano y más honesto usar las palabras siendo plenamente conscientes de su significado. Para aceptar que, a lo mejor, el Liceo sí reconsideró su decisión aunque estemos acostumbrados a creer lo contrario. Para saber que no vale dar a las palabras su significado después de haberlas usado. Y de fondo, para comprender que al pedir algo la respuesta también puede ser NO. Aunque no estemos de acuerdo o no nos guste.