Queridos amigos
Tendría tantas cosas que decirles, a unas horas de partir a este campamento tan anhelado. Me veo otra vez, frente al computador, a unas horas de partir, como tantas otras veces me tocó hacerlo en La Legua, como pensé que no iba a volver a tener la oportunidad de hacerlo.
Quizás debería enviarles ahora una nota de saludo y agradecimiento como presidente de la Corporación Reune, pero ya llegará el momento de hacerlo. Hoy quiero hacerlo a nivel personal, con el corazón lleno de gratitud por tantas cosas que hoy puedo volver a vivir.
Hace justo diez años mi vida dio el giro que la sigue definiendo, en gran medida, hasta el día de hoy. En un retiro en Hospital Mariano Puga me propuso formar un grupo scout en La Legua, que en ese momento fue la posibilidad de concretar mis anhelos de contribuir a dejar el mundo un poquito mejor de cómo lo encontré, y encaminar un poco más mi discernimiento vocacional, a mis diecinueve años. Empezó una historia que me llevó a dejar mi casa, que me llevó a poner mi vida entera en una causa, que se vio dramáticamente interrumpida en 2005, que pude retomar en 2008 gracias a que otros se hicieron cargo de esta obra y otro gran amigo emprendiera un nuevo rumbo, con el Grupo Newen Kimn de Quilicura. Hoy apenas puedo creer que estoy a punto de partir de campamento con estos Grupos.
Les quiero dar las gracias a todos, quiero abrazarlos a todos. A partir de mañana habrá muchos cabros, pobladores, disfrutando de un campamento. No puedo evitar pensar en el cabro brutalmente golpeado hace unos días, cuya golpiza representa todo lo que detesto del scoutismo que tanto quiero, todo lo contrario a lo que queremos realizar. Cómo quisiera que un campamento realmente enriquecedor para los cabros que parten mañana sea una manera de reinvindicar también la profundidad de un movimiento susceptible de caer tanto en manos de imbéciles como de auténticos formadores –como todo en la vida-. Les quiero dar gracias por haber creído en este sueño junto a nosotros. En este día de elecciones, he reflexionado mucho respecto al papel que nos toca a cada uno para construir el mundo que queremos. Y me convenzo que la construcción de un mundo más fraterno no vendrá desde los gobiernos, no vendrá desde los poderes. Vendrá de la acción que tomemos cada uno de nosotros por compartir un poco lo mucho que hemos recibido con quienes no han sido tan favorecidos. Montones de leyes pueden crear buenos marcos, muy importantes, no cabe duda, pero un mundo con más humanidad y más justicia tendrá que venir por un espíritu que nos haga mirarnos de manera más fraternal. Les quiero agradecer porque con su ayuda muchos cabros van a disfrutar un campamento de calidad, porque tantos de ustedes fueron capaces de compartir para ayudar a que disfruten unos cabros que nunca han visto. Porque ese apoyo que nos han dado es una forma de ir construyendo un mundo un poco mejor. La justicia verdadera tendrá que comenzar desde la decisión de todos de compartir lo que hemos recibido.
A título muy personal, quiero agradecerles porque este campamento me hace volver a comenzar, a ponerme en ruta otra vez. Cuando mi período en La Legua terminó, sentí el dolor de lo que se termina sintiéndolo estéril. Hoy, años después, estoy a punto de partir a cargo de un campamento, y por si fuera poca la alegría, con mi esposa y mi hijito. Siento una gratitud tan inmensa hacia el Dios que “no rompe la caña doblada, ni aplasta la mecha que está por apagarse” (Is 42), por darme esta nueva oportunidad. Les quiero agradecer a todos por lo que han hecho por los cabros de Quilicura, de La Legua, y lo que han hecho por mí, al darme esta nueva oportunidad.
Gracias, amigos. Quiero pedirles, como última cosa, que nos tengan presentes. A los que creen, que recen por nosotros, que pidan para nosotros sabiduría, fuerza, perseverancia, valor. Siento el peso de la responsabilidad de realizar un buen campamento para los cabros, y siento que esa responsabilidad es hacia ustedes también, que lo hicieron posible. Le pido al Señor que nos ilumine para hacer lo mejor que podamos
Con mucho cariño