jueves, 20 de noviembre de 2008

Eso se dice con vergüenza...



"En un hotal, en un restaurante, a veces ellos (la oposición) están hablando y no saben que quienes los atienden, como el mesero, están oyendo. O van hablando y como tienen chofer a veces no se dan cuenta de que el chofer va oyendo y es nuestro"
(Hugo Chávez)

Quizás debo hacer una apostasía definitiva. Tardía, dirá alguno. Pero alguna vez albergué una secreta esperanza de que Hugo Chávez, quizás, sería aquel necesario contrapeso en Latinoamérica frente a Estados Unidos. Alguna vez creí que ese mandatario de izquierda, que mantuviera viva al menos un poquito esa llama que dice que otro mundo es posible, un poquito más a la izquierda, cun un poco más de esos ideales ya perdidos.

Quise creer hasta el final que sus salidas de madre, sus impulsos, taldazos, etcétera, podían ser explicables, no sé. Quizás todos los hechos anteriores habrían bastado antes para esta apostasía, pero de alguna manera éste me llegó más. Tal vez porque tengo vivo el recuerdo de esos tipos de lentes oscuros y camisas grises, ante quienes toda conversación cesaba. Quizás porque la sencilla explicación de mis padres al verlos en la calle bastaba para hacerme temblar, cuando decían tratando de no modular mucho"son CNI". Los mismos que alguna vez en Punta de Tralca, luego de un comentario de mi papá en la misa respecto a los pueblos que sufren la opresión, se acercaron a hacerle una bien poco amistosa advertencia. Porque tengo vivo el recuerdo de esos personajes siniestros a quienes aprendí a temer.

Me horroriza la idea de ser vigilado al conversar, al ir en un auto, al estar en un restaurant. Eso da vergüenza, da pena, da horror. Eso, Hugo Rafael Chávez Frías, eso es de fascistas, a los que tú dices detestar. Eso se reconoce con vergüenza, carajo.

sábado, 1 de noviembre de 2008

In Barack I trust


El mundo tiene esas cosas sorprendentes. En medio de la crisis, de una debacle financiera, del calentameitno global, de guerras sin sentido, da espacios para la esperanza. Sí, me es raro que esa esperanza este puesta hoy en un - posible - futuro presidente de Estados Unidos, una nación que no suele ser precisamente santo de mi devoción. Pero, por otra parte, siento que hay motivos para la esperanza en este hombre, descendiente de africanos y parte, al menos en origen, de esa masa de gringos que llegaron desde lejos a "la tierra de las oportunidades".

Me llena de esperanza Barack. Me llena de esperanza que, años después del "I have a dream" de Luther King, un negro esté a las puertas de la Casa Blanca. Pero la raza es lo de menos. Que esté a las puertas de la Casa Blanca un hombre dispuesto a abandonar la exigencia de condiciones para conversar con el presidente de Irán, con Chávez, con Raúl Castro. Un hombre dispuesto a asumir los fracasos de una guerra, de recolectar donaciones pequeñas y anónimas. Un hombre capaz de aprovechar sus oportunidades sin olvidar su origen, y deseando que todos tengan esa oportunidad.

El mundo tiene eso, dejar paso a la esperanza. We can believe in change. We can believe in hope. I have a hope. I have a dream.

Nunca es tarde.