jueves, 21 de agosto de 2008

Del año que les pidan...


Hacer un análisis sería inútil y, por lo demás, ocioso. Pero estos diputados que se subieron su bono de bencina me dan una rabia visceral. Y, como círculo vicioso, lo que más rabia me da es lo bajo que me hacen caer y pensar de pura rabia... hay tipejos capaces de sacar de uno todo lo peor.

"Honorables", ¿saben qué? Quédense con su platita, guárdensela donde les quepa, total, ustedes son los que se dan a conocer por cien lucas. ¿Saben, diputaditos, lo que no les perdono? Que contra ustedes habría justificado una ataque de ira colectiva, un ataque de insultos, escupitajos, lanzamiento de monedas, saludos a sus madres, rayados en sus paredes. Así de simple. Por buches. No les perdono que, si una turba enardecida hubiese querido orinarles el hemiciclo desde las tribunas, lanzarles basura, huevos, mostaza, mocos, lo que fuera, a lo mejor me habría unido a ellos... que a lo mejor un jarrazo de agua habría sido poco.

Les dejo una canción de Serrat, "Algo Personal".

Probablemente en su pueblo se les recordará
como cachorros de buenas personas.
Que hurtaban flores para regalar a su mamá
y daban de comer a las palomas.
Probablemente que todo eso debe ser verdad,
aunque es más turbio cómo y de qué manera
llegaron esos individuos a ser lo que son
ni a qué sirven cuando alzan las banderas.
Hombres de paja que usan la colonia y el honor
para ocultar oscuras intenciones.
Tienen doble vida, son sicarios del mal
entre esos tipos y yo hay algo personal.

Rodeados de protocolo, comitiva y seguridad
viajan de incógnito en autos blindados.
A sembrar calumnias, a mentir con naturalidad
a colgar en las escuelas su retrato.
Se gastan más de lo que tienen en coleccionar
espías, listas negras y arsenales.
Resulta bochornoso verles fanfarronear
a ver quién es el que la tiene más grande.
Se arman hasta los dientes en el nombre de la paz
y juegan con cosas que no tienen repuesto
la culpa es del otro si algo le sale mal
entre esos tipos y yo hay algo personal.

Y como quieren la cosa nada tienen que perder
pulsan la alarma y rompen las promesas
y en nombre de quien no tienen el gusto de conocer
nos ponen la pistola en la cabeza
Se agarran a los pelos, pero para no ensuciar
van a cagar a casa de otra gente.
Y experimentan nuevos métodos de masacrar,
sofisticados y a la vez convincentes.
No conocen ni a su padre, cuando pierden el control,
ni recuerdan que en el mundo hay niños
Nos niegan a todos el pan y la sal:
Entre esos tipos y yo hay algo personal.

Pero, eso sí, los sicarios no pierden ocasión
en declarar públicamente su empeño
en propiciar un diálogo de franca distensión
que les permita hallar un marco previo.
Que garantice unas premisas mínimas
que contribuyan a crear los resortes
que impulsen un punto de partida sólido y capaz
de este a oeste y de sur a norte.
Donde establecer las bases de un tratado de amistad
que contribuya a poner los cimientos
de una plataforma donde edificar
un hermoso futuro de amor y paz.

1 comentario:

David dijo...

Potente, amigo Bombillo. ¡Qué gusto leerlo nuevamente!

Creo que una vez más, comparto su trinchera. Esta gente da asco.

¡Fuerza y Honor!

Parece que este fin de semana no habrá acciones festivas. Le aviso cualquier cosa.