Barack Hussein Obama, 44º presidente de Estados Unidos. ¡Cuántos kilómetros nos separan, desde ésta, mi casa en Lo Prado hasta la Casa Blanca, tu nueva casa desde hoy. Desde mis anhelos de un mundo donde el león pueda pastar junto al cabrito hasta tu poder al frente del país más poderoso del mundo. Creencias y vivencias hoy nos separan, pero donde la fe en quién fue hijo de inmigrantes en su propia tierra, la fe en quien vino a traernos el mensaje de los que eran y siguen siendo excluidos es el que nos hace hermanos hoy, y así quisiera hablarte hoy. Es desde esa fe que me atrevo a escribirte estas palabras.
Con diversos matices, hoy esa historia nos hermana. Hemos compartido en nuestros mejores momentos de juventud el trabajo comunitario en poblaciones para contactarnos con nuestra nación profunda. Hoy tu juramento ante millones que confiaron en ti para ungirte como líder de una nación, esa nación que te entrega un poder que pocos podrían imaginar, me hace presentar mi oración a Cristo para que te conceda su sabiduría y su gracia para gobernar.
Con estas u otras palabras, Luther King predicaba sobre el buen samaritano: que nuestra caridad cristiana hoy nos urge ser como el samaritano que asiste a su hermano herido. Pero por fuerza habremos de reconocer que Dios quiere que en el mundo deje de haber quienes transiten de Jerusalén a Jerico seindo asaltados y vejados, y nuestro deber cristiano es que este camino pueda ser recorrido en paz. Barack, Hermano en Cristo: tú tienes hoy en tus manos el poder del "hermano mayor" de este mundo. Que Dios te conceda hacer todo cuanto de ti dependa para hacer de este mundo un lugar donde ese camino pueda ser recorrido un poco más en paz. Que tu experiencia en los trabajos comunitarios de Chicago nunca te permita olvidar a quienes viven la marginalidad y miseria en el mundo, y comprendas que el poder de atar y desatar nos ha sido dado para librar y no para condenar. Hoy el Señor te ha regalado diez talentos, rezo porque en cuatro u ocho años más puedas decirle al Señor que tienes diez más que ganaste, trayendo un poco más de paz al mundo, sentándote como uno más de la comunidad internacional a conversar con los países de todo el mundo. Que te inspire el Dios que vino a hacerse uno más entre nosotros, el que vino para ser contado entre los últimos, para que seas capaz de pensar el mundo desde la perspectiva de quienes han esperado durante años su gran liberación, para que seas capaz de compartir y construir con quienes han construido una prosperidad poco compartida en el mundo, disfrutada por pocos que sobre todo se concentran en el país que desde hoy tú gobiernas y que muchas veces buscan seguir estrujando más y más. Quiero compartir contigo la fe en un hombre que encarnó ideales y sueños de una humanidad entera. Pero también comparto contigo una realidad vergonzosa: que siendo cientos los gobernantes que comparten la fe en Cristo, la vida de muchos languidece y sólo sirve para dar prosperidad a unos pocos, a costa de muchos, no sólo negros, que deben sacrificar su vida sólo para dar más y más dinero a quienes sólo lo disfrutan y acumulan. Cuanto me duele constatar que mucha responsabilidad en esto cabe al país que dese hoy tú lideras, y que ha sido fuente de opresión para tantos. Que tu país ha sido muchas veces no el samaritano que socorre, sino el bandolero que asalta a mitad de camino y deja tirado y desfalleciendo al que poco tenía.
Eres hijo de tu padre venido de Kenia y tu madre blanca de Hawai. Rezo hoy porque Dios te ayude a no olvidar lo mucho que has recibido y lo mucho que debes. Que no olvides a los pobres del mundo en quienes Cristo quiso encarnarse. Que no olvides a los negros que lucharon porque sus derechos fueran reconocidos al igual que los de los blancos que habitaban el mismo país. Hoy el papel de los negros es encarnado por tantos otros en otros países que quisieran recibir los beneficieos de ese mundo que Dios creó donde todo era bueno. Que no olvides que la paz es obra de la justicia, y que hoy tienes un tus manos parte del poder que parte de ese reino de verdad y justicia que Dios soñó sea un poco más una realidad no sólo en tu país, sino en todos los países del mundo.
Rezo por ti, Barack, rezo por el mundo. Quisiera hablarte hoy no como el Presidente de Estados Unidos que hoy eres, sino como el negro hijo de inmigrantes, como el trabajador comunitario que fuiste en Chicago. Rezo porque al fin de tu mandato podamos decir, con un poco más de esperanza, aquellas palabras de Luther King: " ¡Libres al fin! ¡Libres al fin! Gracias al Dios omnipotente, somos libres al fin!
Con diversos matices, hoy esa historia nos hermana. Hemos compartido en nuestros mejores momentos de juventud el trabajo comunitario en poblaciones para contactarnos con nuestra nación profunda. Hoy tu juramento ante millones que confiaron en ti para ungirte como líder de una nación, esa nación que te entrega un poder que pocos podrían imaginar, me hace presentar mi oración a Cristo para que te conceda su sabiduría y su gracia para gobernar.
Con estas u otras palabras, Luther King predicaba sobre el buen samaritano: que nuestra caridad cristiana hoy nos urge ser como el samaritano que asiste a su hermano herido. Pero por fuerza habremos de reconocer que Dios quiere que en el mundo deje de haber quienes transiten de Jerusalén a Jerico seindo asaltados y vejados, y nuestro deber cristiano es que este camino pueda ser recorrido en paz. Barack, Hermano en Cristo: tú tienes hoy en tus manos el poder del "hermano mayor" de este mundo. Que Dios te conceda hacer todo cuanto de ti dependa para hacer de este mundo un lugar donde ese camino pueda ser recorrido un poco más en paz. Que tu experiencia en los trabajos comunitarios de Chicago nunca te permita olvidar a quienes viven la marginalidad y miseria en el mundo, y comprendas que el poder de atar y desatar nos ha sido dado para librar y no para condenar. Hoy el Señor te ha regalado diez talentos, rezo porque en cuatro u ocho años más puedas decirle al Señor que tienes diez más que ganaste, trayendo un poco más de paz al mundo, sentándote como uno más de la comunidad internacional a conversar con los países de todo el mundo. Que te inspire el Dios que vino a hacerse uno más entre nosotros, el que vino para ser contado entre los últimos, para que seas capaz de pensar el mundo desde la perspectiva de quienes han esperado durante años su gran liberación, para que seas capaz de compartir y construir con quienes han construido una prosperidad poco compartida en el mundo, disfrutada por pocos que sobre todo se concentran en el país que desde hoy tú gobiernas y que muchas veces buscan seguir estrujando más y más. Quiero compartir contigo la fe en un hombre que encarnó ideales y sueños de una humanidad entera. Pero también comparto contigo una realidad vergonzosa: que siendo cientos los gobernantes que comparten la fe en Cristo, la vida de muchos languidece y sólo sirve para dar prosperidad a unos pocos, a costa de muchos, no sólo negros, que deben sacrificar su vida sólo para dar más y más dinero a quienes sólo lo disfrutan y acumulan. Cuanto me duele constatar que mucha responsabilidad en esto cabe al país que dese hoy tú lideras, y que ha sido fuente de opresión para tantos. Que tu país ha sido muchas veces no el samaritano que socorre, sino el bandolero que asalta a mitad de camino y deja tirado y desfalleciendo al que poco tenía.
Eres hijo de tu padre venido de Kenia y tu madre blanca de Hawai. Rezo hoy porque Dios te ayude a no olvidar lo mucho que has recibido y lo mucho que debes. Que no olvides a los pobres del mundo en quienes Cristo quiso encarnarse. Que no olvides a los negros que lucharon porque sus derechos fueran reconocidos al igual que los de los blancos que habitaban el mismo país. Hoy el papel de los negros es encarnado por tantos otros en otros países que quisieran recibir los beneficieos de ese mundo que Dios creó donde todo era bueno. Que no olvides que la paz es obra de la justicia, y que hoy tienes un tus manos parte del poder que parte de ese reino de verdad y justicia que Dios soñó sea un poco más una realidad no sólo en tu país, sino en todos los países del mundo.
Rezo por ti, Barack, rezo por el mundo. Quisiera hablarte hoy no como el Presidente de Estados Unidos que hoy eres, sino como el negro hijo de inmigrantes, como el trabajador comunitario que fuiste en Chicago. Rezo porque al fin de tu mandato podamos decir, con un poco más de esperanza, aquellas palabras de Luther King: " ¡Libres al fin! ¡Libres al fin! Gracias al Dios omnipotente, somos libres al fin!
4 comentarios:
"audacy"....esa palabra no existe en inglés....no habrás querido decir "audacity"????
Por cierto... erratas...
Gracias por la corrección
un placer, me entretengo mucho acá.
Saludos!
stan chido ono ?
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